¿Una planta apestosa que produce calor? El extraño caso de la flor cadáver

Es una de las plantas más peculiares del mundo, empezando porque posee la inflorescencia no ramificada más grande conocida del reino vegetal. Descubierta en 1878 por el naturalista italiano Odoardo Beccari, popularmente es conocida como aro gigante o “bunga bangkai”. Este último término, que significa “flor cadáver”, es indonesio, lo que nos da alguna pista sobre su procedencia: las frondosas selvas de Borneo e Indonesia. Su nombre científico, Amorphophallus titanum, significa falo amorfo titánico.

La planta florece solamente 3 o 4 veces a lo largo de su vida y durante muy poco tiempo, pues la flor permanece viva tan solo 3 días. Es por esto por lo que los jardines botánicos que poseen algún ejemplar se convierten en un hervidero de visitantes cuando llega el momento de la floración. En realidad, no es correcto hablar de una “flor”, sino más bien de una inflorescencia, esto es, una estructura en la que se disponen múltiples flores con una organización concreta.

flor cadaver
Flores cadáveres en todo su esplendor. Raimond Spekking

La planta brota desde un tubérculo. Comienza con una única y enorme hoja modificada, la espata, y un tallo. De este nace una inflorescencia con forma de espiga llamada espádice (parecida a la de la espadaña, por ejemplo), donde se disponen las verdaderas flores, que son masculinas (dispuestas en la parte superior) y femeninas (ubicadas en la parte inferior). Esta misma estructura desprende un olor fétido a carne podrida que atrae a insectos polinizadores, origen asimismo de su denominación popular.

La inflorescencia crece a un ritmo de 10 cm al día y puede alcanzar los 3 metros de altura, el metro de diámetro y un peso de 75 kg, aunque la Universidad alemana de Bonn presentó en 2003 un ejemplar de ¡126 kg!

Partes de flor cadáver
Anatomía de una flor cadáver. The California Science Center

El proceso de floración se puede dividir en dos fases: la primera sucede durante la primera tarde y noche tras la apertura de la hoja o espata y comporta la floración de las flores femeninas. La segunda fase ocurre en la noche siguiente, cuando florecen las flores masculinas.

Por si fueran pocas sus peculiaridades, también se ha observado que emite calor. Este fenómeno, conocido como termogénesis, fue registrado en 2006 durante la floración de un ejemplar de flor cadáver. ¡Su espádice alcanzó una temperatura de 36-38ºC!

La termogénesis es la capacidad de algunos organismos de producir calor mediante procesos metabólicos internos. La familia a la que pertenece la flor cadáver (Araceae) también incluye otras especies con capacidad termogénica, algunas llegando a aumentar su temperatura hasta 12ºC por encima de la temperatura ambiental.

Flores de la flor cadáver
En la inflorescencia de la flor cadáver, las flores masculinas (mitad superior; en la imagen aparecen en el momento de la liberación del polen) y femeninas (mitad inferior) se sitúan agrupadas sobre el espádice. A simple vista no se pueden observar, ya que están cubiertas por la hoja (espata) de la planta. Chicago Botanic Garden

Existen varias hipótesis sobre el origen y la evolución de este proceso, el cual está estrechamente vinculado con las fases de floración. Una de las más aceptadas asegura que favorece la polinización por insectos. Estos son atraídos por los aromas putrefactos emitidos por la planta y originados a partir de la evaporación de compuestos volátiles. El aumento de la temperatura durante la termogénesis potencia este proceso. 

Normalmente, los órganos sexuales femeninos maduran antes de que las flores masculinas liberen el polen en las plantas con capacidad termogénica. Además, es durante la fase femenina cuando más calor se produce y, por tanto, cuando más probabilidades hay de que la planta sea visitada por insectos polinizadores. Esta estrategia es muy útil, ya que la planta se asegura de ser polinizada con el polen de otro individuo distinto y evita la polinización con su propio polen.

Por otro lado, los insectos no se van con las manos vacías. Se piensa que el calor generado durante la termogénesis sirve como recompensa para los polinizadores, de manera que se establece una relación mutualista entre ambas partes. Los insectos son animales ectotermos, esto es, que su temperatura corporal depende de la del ambiente. La ejecución de sus actividades vitales (desplazarse, copular, etc.) requiere de la energía generada por los procesos metabólicos, para lo cual se requiere una temperatura corporal elevada. Así pues, la flor cadáver actuaría como una estación de recarga en la que los insectos pueden calentarse para continuar con sus tareas.

Termogénesis de la flor cadáver
Relación entre los momentos de floración de las flores femeninas y masculinas, la termogénesis y la emisión de olores. Puede observarse cómo la generación de calor y de olor es mayor durante la fase de floración femenina, que ocurre en la primera noche. Korotkova y Barthlott (2009)

REFERENCIAS

  • Giordano, C. (1999). Observations on Amorphophallus titanum (Becc.) Becc. ex Arcangeli in the forest of Sumatra. Aroideana 22, 10-19.

  • Korotkova, N., Barthlott, W. (2009). On the thermogenesis of the Titan arum (Amorphophallus titanum). Plant Signal. Behav. 4, 1096-1098. https://doi.org/10.4161%2Fpsb.4.11.9872

  • Ruiz, C.K., Sosenski, P. (2021). El calor de las flores: plantas termogénicas y sus polinizadores. Cuadernos de Biodiversidad 61. 22-27. https://doi.org/10.14198/cdbio.2021.61.03

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