¿Es peligroso dormir con plantas? Esto es lo que dice la ciencia

La creencia de que dormir con plantas es peligroso porque nos privan del oxígeno o nos gasean con el dióxido de carbono resultante de su respiración está muy extendida. Mucha gente no quiere tener plantas en su habitación precisamente para evitar competir contra un ser vivo considerado implacable a la hora de monopolizar el aire respirable del entorno.

Voy a empezar este artículo adelantando las conclusiones: no, dormir con plantas no es para nada peligroso, no nos van a asfixiar mientras dormimos. Por el contrario, las plantas de nuestras habitaciones pueden aportarnos numerosos beneficios, como veremos más tarde. Como todo mito que se precie, el que viste a nuestras plantas domésticas como meras ladronas de oxígeno tiene parte de verdad. Así que vamos a desgranar esta creencia para comprender cómo se ha generado y separar el grano de la paja.

Ingenieras de la composición atmosférica

Para explorar el origen de este mito, necesitamos saber cómo manipulan las plantas las concentraciones de gases del aire que nos rodea. Lo hacen a través de dos procesos: la fotosíntesis y la respiración.

De forma resumida, la fotosíntesis es el proceso mediante el cual la planta sintetiza oxígeno y glucosa a partir de dióxido de carbono, agua y luz solar. En consecuencia, es un proceso que obligatoriamente sucede de día. La ecuación química general de la fotosíntesis es la siguiente:

6 CO2 + 6 H2O + luz –> Glucosa + 6 O2

Es decir, la planta toma 6 moléculas de dióxido de carbono (CO2) del aire que reaccionan con 6 moléculas de agua que ha absorbido por las raíces para fabricar mediante la intervención de la luz solar una molécula de glucosa y 6 de oxígeno (O2). La glucosa es la fuente que las plantas utilizan para obtener energía y realizar diversas funciones vitales.

La respiración es el proceso opuesto: la planta consume oxígeno y la glucosa que ha sintetizado durante el día, generando como resultado energía, CO2 y vapor de agua. De esta forma, la ecuación general quedaría de la siguiente manera:

Glucosa + 6 O2 –> 6 CO2 + 6 H2O

Como nosotros, las plantas respiran durante todo el día, solo que durante las horas de sol la respiración queda enmascarada por la fotosíntesis, que es el proceso predominante.

El intercambio de gases (oxígeno, CO2, vapor de agua, etc.) ocurre a través de unos órganos localizados en la epidermis de las partes “verdes” de la planta (como las hojas o los tallos verdes) llamados estomas. También están involucradas las lenticelas, unas aberturas de forma lenticular que aparecen en las partes leñosas de las plantas. Los estomas están constituidos por un orificio flanqueado por dos células que funcionan como compuertas, tapando y abriendo el agujero en función de diversos factores, como la disponibilidad de agua, la concentración de CO2 atmosférico o la intensidad de luz, entre otros. Por el contrario, las lenticelas están continuamente abiertas.

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Los estomas (imagen de la izquierda) y las lenticelas (imagen de la derecha) son estructuras a través de las cuales ocurre el intercambio de gases entre la planta y el entorno que la rodea. Rodrigo AF y Willow (Wikimedia Commons)

Una vez asimilado todo esto, es necesario conocer también los tres tipos de plantas que existen en función de cómo integren el CO2 en la fotosíntesis:

  • C3 y C4: aunque presentan algunas diferencias en la forma que tienen de metabolizar el CO2, para este artículo basta con decir que estos dos grupos de plantas captan el CO2 durante las horas de luz para usarlo en el proceso fotosintético que está sucediendo en ese momento. Por lo tanto, abren los estomas de día y los cierran por la noche para reducir la pérdida de agua por evaporación. La mayoría de las plantas que conocemos posee alguno de estos dos metabolismos.

  • CAM: son las siglas de “metabolismo ácido de las crasuláceas”. Tal y como indica su nombre, este metabolismo es característico de las crasuláceas y los cactus, grupos vegetales que habitan en lugares muy cálidos y secos. Estas plantas tienen un problema: si abriesen los estomas por el día para recolectar CO2, se secarían, ya que a través de los estomas también se escapa el agua de su interior en forma de vapor, y en un sitio seco y caluroso donde la evaporación del agua es más intensa, no es lo más recomendable. Por ello, estas plantas abren sus estomas por la noche, absorben el CO2 atmosférico y lo almacenan hasta el día siguiente para utilizarlo en la fotosíntesis.

¿Ladronas de oxígeno?

A tenor de este breve repaso sobre fisiología vegetal, parece que lo más recomendable es dormir con cactus y crasuláceas, ya que, por la noche, aunque generen CO2 mediante su respiración, también captan una gran cantidad de este, por lo que no corremos peligro de asfixiarnos. ¿Y qué ocurre con las plantas C3 y C4? ¿Es recomendable tenerlas cerca durante la noche?

Recordemos que estas plantas cierran prácticamente por completo sus estomas de noche. Sin embargo, las lenticelas continúan abiertas. Aun con todo, no debemos preocuparnos en absoluto. El primer motivo es bastante obvio. Nadie duerme en habitaciones estancas. Por el contrario, suelen estar ventiladas en mayor o menor medida, por lo que el aire se renueva constantemente. No obstante, tampoco pasaría nada si durmiésemos en un cuarto estanco con plantas C3 o C4, ya que el oxígeno que producen durante el día supera con creces al oxígeno que consumen de noche. No hay punto de comparación.

Si lo pensamos detenidamente, tampoco tiene mucho sentido que las plantas sean capaces de desoxigenar una estancia. De ser así, un bosque dominado por especies de hoja caduca, es decir, aquellas que se desprenden de todas sus hojas a lo largo del otoño, sería intransitable en esa época del año y en invierno. Sin hojas, las plantas no pueden hacer la fotosíntesis y no producen oxígeno, pero sí continúan respirando a través de sus lenticelas. El resultado sería un área con concentraciones bajísimas de oxígeno, cosa que no sucede.

Ficus elastica robusta
Una planta de la especie Ficus elastica encerrada en un compartimento estanco demostró que las plantas liberan cantidades irrisorias de CO2 y consumen muy poco oxígeno por la noche. Mokkie (Wikimedia Commons)

La cantidad de oxígeno que consumen las plantas que habitualmente tenemos en nuestras casas es, por lo general, irrisoria, aunque varía en función de varios factores, como su tamaño (cuanto más grande, más consume), su tasa de crecimiento o la temperatura ambiental, entre otros. Además, el oxígeno que producen mediante la fotosíntesis supera ampliamente al que consumen durante toda la noche, garantizándonos una reserva de oxígeno más que suficiente para todo el día.

Más bien, debería ser al contrario: son las plantas las que deberían sentir temor por dormir con nosotros, ya que, al ser animales homeotermos (“de sangre caliente”), consumimos desmesuradamente más O2 y liberamos mucho más CO2 que cualquier planta. Por ejemplo, se estima que 5 kg de petunias consumen 0,01 l durante 8 horas por la noche. En cambio, una persona adulta consume alrededor de 0,26 l de oxígeno por minuto, por lo que en 8 horas habrá consumido 124,8 l. La diferencia es tan abismal que no existe planta lo suficientemente grande que quepa en nuestra habitación y que pueda igualar la cantidad de oxígeno consumido por un ser humano. Lo mismo puede decirse de nuestras mascotas. Por lo tanto, es mucho peor dormir con otra persona, nuestro perro o gato. Aunque, en realidad, y como todos sabemos, tampoco pasa nada en estas situaciones: nuestras habitaciones tienen oxígeno para dar y tomar.

Las plantas purifican nuestro entorno

Queda claro entonces que dormir con plantas no es perjudicial para nuestra salud. Aun mejor, tener plantas en nuestra habitación puede aportarnos diversos beneficios para nuestra salud. Acabamos de ver que las plantas absorben mucho más CO2 del que producen durante su respiración. Por lo tanto, son muy útiles para evitar que haya un exceso de este gas en espacios cerrados. Además, las plantas también pueden degradar enzimáticamente otros gases y compuestos volátiles nocivos para nuestra salud, como formaldehído, benceno, óxidos de nitrógeno, etc. En otras palabras, las plantas ayudan a limpiar el aire.

grupo de plantas
Las plantas contribuyen a descontaminar el aire. Leonardo AI

También hemos visto que las plantas emiten vapor de agua como resultado de las reacciones que ocurren durante la respiración. La humedad relativa de los espacios interiores es importante. De hecho, niveles bajos de este parámetro están asociados con problemas oculares, respiratorios y cutáneos. Por esta razón, si queremos tener una humedad relativa adecuada en nuestros cuartos, nada mejor que instalar unas cuantas plantas.

En conclusión, dormir con plantas no solo no es malo, sino que contribuye a nuestro bienestar. Las plantas de nuestras habitaciones son organismos beneficiosos para nuestra salud. El único peligro que pueden suponer es que nos tropecemos con alguna maceta accidentalmente cuando vamos adormecidos al baño.

REFERENCIAS

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