El SARS-CoV-2, agente etiológico de la enfermedad respiratoria COVID-19, ha puesto nuestra civilización patas arriba. Se ha expandido en un abrir y cerrar de ojos por todo el globo. Pero lo más terrorífico son las cifras de fallecidos. Cada día, miles de personas continúan engrosándolas. Sin embargo, este virus no es de los más letales, ni siquiera si lo comparamos con otros coronavirus.
Los hay muchísimo peores y, sin embargo, son completamente desconocidos para la mayoría. Muchos epidemiólogos y virólogos coinciden al afirmar que el virus más peligroso del mundo es el MARV o virus de Marburgo. Se llama así porque se identificó por primera vez en 1967 en la ciudad de Marburgo, en Alemania. Es otra zoonosis más, de hecho el brote de Marburgo comenzó en un laboratorio biológico, donde los trabajadores se contagiaron trabajando con primates infectados. Los murciélagos de la fruta (Rousettus sp.) serían sus huéspedes naturales. Es un filovirus, como el virus del Ébola, y pueden llegar a ser 10 veces más grandes que el nuevo coronavirus.
Su tasa de mortalidad media es brutal: del 50%, aunque hay cepas que llegan al 88%. La enfermedad cursa de forma muy dolorosa y traumática. Puede provocar hemorragias internas con intensas fiebres y es capaz de invadir casi cualquier tipo celular, desde las células nerviosas hasta los leucocitos del sistema inmunitario. Se transmite de persona a persona a través de secreciones y líquidos corporales contaminados.
EL DATO
¿Sabías qué existe una cepa artificial preparada para ser utilizada como arma biológica? Es más letal si cabe que la cepa original y fue fabricada por los soviéticos en el marco del programa de armas biológicas Biopreparat. Se la conoce como “variante U” en honor al científico Nikolai Ustinov, que se infectó accidentalmente y acabó falleciendo. De su cuerpo se extrajo la cepa citada, que había mutado en él. Algunos de sus compañeros contaron cómo Ustinov llegó incluso a sudar sangre.