El hombre lobo es un mito universal. Diversas culturas de todo el mundo lo tienen como otra criatura más de su plantel mitológico. Algo tiene el lobo que nos fascina. Quizás sea su fiereza, su lealtad, su hermosura.
Al hombre lobo lo encontramos hasta en los lugares más recónditos para el hombre occidental, como Armenia. Aunque en los mitos Armenios es más frecuente que aparezca la mujer lobo o mardagayl. Según algunas versiones, la mujer lobo es un ser maldito, una mujer que, por pecadora, ha sido condenada a transformarse involuntariamente en bestia (o de forma voluntaria de acuerdo a otras versiones) durante 7 años. El artífice de la maldición suele ser un espíritu que obliga a la desdichada a vestir una piel de lobo. Cuando se la pone, la mujer maldita se transforma y desarrolla una sed de sangre por la carne humana. Sólo ocurre por la noche, como suele ser habitual en estos mitos. Al amanecer, se desprende de su piel.
No elige a sus víctimas al azar. Para agravar su maldición, se ve obligada a cazar primero a sus propios hijos y luego a los hijos de sus parientes. Posee la velocidad del viento. Es capaz de recorrer grandes distancias en un visto y no visto. La única manera de acabar con el mardagayl es quemando su piel, aunque no es fácil, ya que la criatura, sabiendo cuál es su punto débil, se preocupa por esconderla bien.
Cuando la maldición termina, la piel abandona a su hospedador voluntariamente para ascender a los cielos. La mujer vuelve por fin a ser humana. Sin embargo, es posible que le quede un vestigio de su anterior forma, como una cola, seguramente para que la próxima vez se lo piense dos veces antes de pecar.
EL DATO
El grupo de Power Metal Powerwolf dedica una canción a este mito en su disco Bible of the Beast: Werewolves of Armenia.
