Por esta peculiaridad, parecen criaturas sacadas de alguna mente perturbada, pero son muy reales, tanto ellas como sus sangrientos “llantos”. No “lloran” sangre porque hayan visto algo horripilante, sino que nos encontramos ante un mecanismo de defensa extremadamente curioso.
Este comportamiento se ha registrado fundamentalmente en algunas especies de lagartos cornudos o falsos camaleones del género Phrynosoma sp., distribuidos por Norte y Centroamérica, si bien no es el único género de lagartos que expulsan sangre por sus ojos. El disparador es un depredador que enerva al animal, generando que la presión sanguínea de las venas de sus senos orbitales aumente y propulse la sangre a través del saco conjuntival y hacia el exterior en forma de chorro. Empero, no cualquier potencial depredador estimula esta defensa. Son sobre todo los cánidos (zorros y perros), sugiriendo un mecanismo muy dependiente del contexto (obviamente, la eyaculación de la sangre es una pérdida muy importante que podría comprometer la supervivencia del animal como para expulsarla a la mínima de cambio).
Algunos estudios señalan al tacto como el sentido clave que guía a estos animales a la hora de desencadenar su respuesta antidepredadora, aunque también serían importantes la vista y el olfato.
Parece claro ya que este comportamiento serviría para aumentar la probabilidad de supervivencia de los lagartos, pues se han registrado con frecuencia reacciones negativas y de rechazo en los cánidos que han recibido estos disparos sanguinolentos (asimismo, un par de personas que recibieron la sangre en los ojos padecieron irritación ocular). Puede ser que el fluido contenga alguna sustancia irritante, la cual, según las investigaciones, estaría incluida directamente en la sangre sistémica, es decir, no se incorporaría a posteriori cuando la sangre atraviesa el seno orbital. Se desconoce qué podría ser, pero una posibilidad es que se trate del veneno de las hormigas que constituyen su dieta. En vez de metabolizarlo, lo incorporan como sistema defensivo.
REFERENCIAS
Middendorf III, G.A., Sherbrooke (1992). Canid elicitation of blood-squirting in a horned lizard (Phrynosoma cornutum). Copeia 2, pp. 519-522.
Middendorf III, G.A., Sherbrooke, W.C., Braun, E.J. (2001). Comparison of blood squirted from the circumorbital sinus and systemic blood in horned lizards, Phrynosoma cornutum. Southwest. Nat. 46, pp. 384-387.
Sherbrooke, W.C., Middendorf III, G.A. (2001). Blood-squirting variability in horned lizards (Phrynosoma). Copeia 4, pp. 1114-1122.
Sherbrooke, W.C., Middendorf III, G.A. (2004). Response of kit foxes (Vulpes macrotis) to antipredator blood-squirting and blood of Texas horned lizards (Phrynosoma cornutum). Copeia 3, pp. 652-658.