Aunque no nos demos cuenta, los sucesos misteriosos y los enigmas nos rodean. Hasta tal punto es así que los misterios han inspirado todo tipo de cuestiones que vemos o experimentamos diariamente, y cuya enigmática fundación desconocemos. Tal es el caso, por ejemplo, de la bandera de la Unión Europea. En la web de la UE nos comentan lo siguiente:
“La bandera está formada por 12 estrellas amarillas dispuestas en círculo sobre fondo azul. Las estrellas representan los ideales de unidad, solidaridad y armonía entre los pueblos de Europa.
El número de estrellas no tiene nada que ver con el número de países de la UE, aunque el círculo sí es un símbolo de la unidad.”
No obstante, este simbolismo no es tan laico como nos indica la Unión Europea. El diseño de la bandera fue ideado por el artista francés Arsène Heitz en 1955, un hombre que profesaba auténtica devoción a la Virgen María. De hecho, su gran espiritualidad fue su fuente de inspiración. Heitz se basó en el diseño de la Medalla Milagrosa, un talismán que hace referencia a la aparición mariana que protagonizó Catherine Labouré en la iglesia parisina Rue du Bac en 1830, y en un pasaje del capítulo 12 del Libro del Apocalipsis que dice así:
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.”
El color azul es un símbolo de lo celestial y lo eterno. Precisamente en muchas representaciones la Virgen va ataviada con una túnica de este color. Además, quién sabe si por esos guiños del destino, el diseño de Heitz fue aceptado el 8 de diciembre de 1955. Menuda casualidad, el mismo día en que se celebra la Inmaculada Concepción…