Podría parecer una pregunta retórica por su obviedad. Un año tiene 12 meses, por tanto es lógico situar el reinicio anual en las calendas del primer mes de la secuencia. Pero esto no siempre fue así. El inicio del año para los romanos comenzaba el 1 de marzo, mes que homenajeaba a Marte, dios romano de la guerra… hasta el año 153 a.C.
El pueblo celtíbero de los belos que habitaba en Segeda (Sekaisa) aprovechó una laguna en los restrictivos acuerdos impuestos tras la primera guerra celtibérica por los romanos para construir una muralla alrededor de su poblado, pues no había ningún veto al respecto, tan sólo se prohibía levantar nuevos poblados fortificados. Los cónsules romanos vieron en aquella obra un desafío a su poder, así que decidieron reunir un ejército para darles un escarmiento.
Pero tenían un problema: antes de iniciar cualquier campaña militar, el Senado tenía que elegir a los cónsules, lo cual ocurría en marzo, el mes del dios de la guerra, el primer mes del año romano. Por ello, el general Quinto Fulvio Nobilior, comandante de la ofensiva contra los belos, pidió al Senado que adelantara el inicio del año a las calendas de enero, para así reducir la espera y comenzar antes el ataque contra los rebeldes. Así que, en última instancia, el año comienza el 1 de enero gracias a los celtíberos.
EL DATO
La presunta desobediencia de los belos sirvió como excusa para iniciar la segunda guerra celtibérica, en cuyo contexto sucedería el famoso sitio de Numancia.
