Relatan los monjes Roger de Wendover en su Crónica del siglo XII y Mathew Paris a principios del siglo XIII que una noble anglosajona de exuberante belleza y mayor bondad se paseó desnuda y montada en un hermoso corcel níveo con su cabello como único revestimiento con la misión de persuadir a su marido para rebajar los abusivos impuestos que estaban empobreciendo a la sufrida población de Coventry, poblado de la región de las Tierras Medias Occidentales británicas. Esta es la leyenda de Lady Godiva (o Godgifu en inglés antiguo, que significaría «regalo de Dios»), esposa del conde Leofric de Mercia, señor de Coventry, sucedida en torno a principios del siglo XI. Su exhibición persiguió la mejora de las condiciones de vida de los aldeanos de Coventry, esquilmados a base de impuestos y peajes excesivos.
Si Godiva era el epítome de la bondad, el altruismo y la devoción, su marido se caracterizaba por todo lo contario: un hombre desaprensivo que atacaba injustamente a la Iglesia y a sus súbditos. Sus imploraciones para reducir los tributos de Coventry resultaron infructuosas, hasta que Leofric, hastiado de tanta súplica, le propuso un reto: cambiaría de idea si su recatada esposa atravesaba el pueblo desnuda y montada sobre un corcel. A sabiendas del pudor y el decoro de su cónyuge, Leofric pensaba que sería incapaz de realizar semejante manifestación. Sin embargo, Godiva antepuso su generosidad y un día de mercado cumplió con las exigencias del conde. Leofric, completamente impresionado por el arrojo de la hermosa condesa o, según algunas versiones, por el milagro de que nadie reparara en su desnudez, anuló todos los peajes a excepción de los de los caballos, cesó en sus ofensas eclesiásticas y abrazó fervorosamente el cristianismo, fundando junto con su esposa un monasterio benedictino en Coventry donde posteriormente serían enterrados, dotándolo asimismo con abundantes regalos de oro, plata y gemas.
En el siglo XVII se incorporó otro elemento más a la leyenda. Previamente a su exhibición, Lady Godiva habría ordenado a un par de mensajeros que advirtieran a los habitantes de Coventry sobre la obligatoriedad de encerrarse en sus casas durante su paseo en caballo para no ser observada. Tan respetada era que todos cumplieron con su deber, excepto un pícaro sastre de nombre Tom el mirón («Peeping Tom»). Él fue el único que se atrevió a mirar a la condesa desnuda escondido tras su ventana. Como castigo celestial, de inmediato quedó ciego o murió según la versión.
A pesar de que el paso del tiempo haya difuminado en extremo el límite entre la leyenda y la historia real (el cronista Florence de Worcester, fuente próxima en el tiempo al suceso, menciona a Leofric y Godiva, pero nada dice de su paseo desnuda), el relato y sus personajes se han infiltrado hasta tal punto en la cultura popular que han sido mencionados en multitud de obras literarias y musicales, siendo la alusión más conocida la realizada por la banda Queen en Don’t Stop Me Now. Actualmente, cada año se realiza una procesión simbólica en Coventry para revivir a la valerosa mujer que otorgó a la ciudad su seña de identidad.
REFERENCIAS
BBC (2014). An Anglo-Saxon tale: Lady Godiva [online] disponible en: https://www.bbc.co.uk/history/ancient/anglo_saxons/godiva_01.shtml
Johnson, B. (2021). Lady Godiva [online] disponible en: https://www.historic-uk.com/CultureUK/Lady-Godiva/
The Editors of the Encyclopaedia Britannica (2021). Lady Godiva [online] disponible en: https://www.britannica.com/biography/Lady-Godiva
