Doménikos Theotokópoulos (1541-1614), más conocido por el sobrenombre de “El Greco” por ser originario de la isla de Creta, se ha convertido en el pintor griego más universal. Nos legó algunas de las obras maestras de la historia de la pintura, como el colosal óleo El entierro del Conde de Orgaz o El caballero de la mano en el pecho y, junto a ellas, una buena ristra de enigmas. Uno de los que más ríos de tinta ha hecho correr es el de las figuras alargadas, esos personajes estirados y desproporcionados que parece que están siendo absorbidos por una fuerza sobrenatural situada más allá de la parte superior de la pintura. Aparecen en varios de sus cuadros y sus rasgos se acentúan en el último periodo artístico de su vida. Desde un posible problema de visión hasta un recurso simbólico consciente, son varias las hipótesis que se han propuesto para explicar este rasgo.
La hipótesis del defecto visual: ¿tenía El Greco astigmatismo?
Una de las ideas que más difusión ha tenido a nivel popular es la del presunto defecto visual que habría padecido El Greco. Esta hipótesis fue propuesta por un oftalmólogo aragonés, Germán Beritens. Entre 1913 y 1914 publicó un extenso panfleto que rápidamente trascendió fronteras. En aquel texto sostenía que Doménikos padeció una forma rara y severa de astigmatismo que le hacía percibir la realidad de manera alargada y delgada. Llegó incluso a fabricar unas lentes que distorsionaban la visión para simular el trastorno visual del pintor. Rápidamente surgieron voces críticas y la propuesta apenas encontró apoyos entre los historiadores del arte.
Algunos adujeron que el supuesto astigmatismo era extrañamente “selectivo”. ¿Por qué las figuras alargadas aparecían en algunas pinturas y en otras no? ¿O por qué, dentro de una misma pintura, coexisten personajes estirados y otros normales, como sucede en El entierro del Conde de Orgaz? Otros señalaron que este rasgo no era exclusivo de El Greco, sino que también aparecía en las obras de otros artistas, como Tintoretto, que fue una figura muy influyente para el cretense.

Por otro lado, la suposición de Beritens adolecía de una falla lógica fundamental, señalada por el psicólogo norteamericano Irvin Rock, a la que bautizó como “la falacia de El Greco”. Si el Greco tenía un astigmatismo tan grave, entonces tendría que ver el lienzo y los modelos en los que se inspiró para elaborar sus pinturas deformadas. De esta forma, al plasmar el modelo real estirado sobre un lienzo también estirado, la deformación se suprimiría y no se reflejaría en la imagen final. Debido a todos estos inconvenientes, esta hipótesis ha sido unánimemente rechazada por los historiadores del arte y los especialistas.
La herencia de los iconos bizantinos
El Greco pasó sus primeros 26 años de vida en Creta, la isla que lo vio nacer. Allí se formó como pintor de iconos siguiendo los dictados de la escuela cretense o postbizantina. Este movimiento artístico floreció en Creta durante el periodo en que estuvo dominada por la República de Venecia y cultivó principalmente la elaboración de iconos religiosos. Estos iconos se caracterizaban por la disposición frontal y la falta de naturalismo. Lo que primaba era el simbolismo y la sacralidad de la representación, por ello el realismo de la figura y sus proporciones quedaban en segundo plano. Es habitual que los personajes representados tuviesen un aspecto estilizado y alargado, lo que recuerda a las pinturas de El Greco. Por ello, algunos historiadores del arte creen que el artista recuperó e impregnó sus obras más tardías del estilo que cultivó en su juventud. Otros, por el contrario, han argumentado que la tradición bizantina no tuvo una influencia significativa sobre su obra posterior.
El Greco y el manierismo
Hacia 1567, El Greco abandonó su Creta natal y se afincó en Italia durante diez años, primero en Venecia y luego en Roma. Esta década es clave para comprender el estilo y la técnica de El Greco. Para muchos especialistas, es en este periodo donde encontraríamos la respuesta a la incógnita de las figuras alargadas.
En la ciudad de los canales, Doménikos aprendió la técnica al óleo y dominó el empleo del color y de la perspectiva, inspirándose en los grandes maestros del momento, como Tiziano, Tintoretto o Paolo Veronese.

En Roma, El Greco abrazó el manierismo (término derivado de maniera, que significa “estilo”), una tendencia artística que se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XVI. Los manieristas trataban de imitar las obras de aquellos a los que consideraban el epítome del arte: Michelangelo Buonarroti, Leonardo da Vinci y Rafael. Sin embargo, en ese intento de emularlos, los manieristas acababan plasmando sus propios gustos e intereses, dando lugar a un estilo propio con unos rasgos tendentes a la antinaturalidad y la abstracción. Por ejemplo, los cuerpos de las pinturas manieristas tienden a la estilización, el alargamiento, la desproporción, la expresividad dramática, la exageración y la complicación. Era habitual pintar cuerpos contorsionados sobre su propio eje, dando lugar a una figura con forma de “S”, conocida como “figura serpentinata”. La pintura renacentista, por el contrario, predicaba la naturalidad, la armonía y el realismo. Cuando El Greco vivió en Roma, la herencia de Michelangelo y Rafael dominaba la escena artística de la ciudad eterna y, como era de esperar, el cretense no pudo escapar a su influjo.
Los expertos afirman que El Greco conjugó con maestría el renacimiento veneciano y el manierismo, pero no solo se limitó a asimilarlos, sino que los reinterpretó y transformó mediante un estilo profundamente personal. De esta síntesis surgirían esas figuras alargadas, de color intenso y gran expresividad, deliberadamente antinaturales, que transmiten una espiritualidad única.

Un pintor al servicio de la Contrarreforma
Tras 10 años en Italia, El Greco se mudó a Toledo hacia 1577, donde pasó el resto de su vida y donde elaboró sus obras más importantes. “Creta le dio la vida, y los pinceles Toledo […]”, diría Hortensio Félix Paravicino.
En esa época, Europa estaba atravesando un momento muy convulso por la Reforma luterana y la Contrarreforma católica. Los reformistas rechazaban la veneración de imágenes religiosas (de santos, la Virgen, etc.), considerándola idolatría, mientras que la Iglesia Católica las consideraba un elemento esencial para adoctrinar y educar a la población. En este contexto, la Iglesia reivindicó la importancia de la imaginería religiosa y determinó que los personajes y escenas bíblicas debían realizarse de forma muy clara y legible para conmover a los fieles y estimular la experiencia religiosa.

El Greco se vio inmerso en aquella guerra iconográfica, más aun al haberse establecido en una de las sedes principales del catolicismo. Sus mecenas en Toledo eran hombres seguidores del contrarreformismo y la mayoría de los encargos que recibía eran retablos y pinturas de temática religiosa destinadas a los templos toledanos. Así, El Greco se convirtió en un pintor al servicio de la Contrarreforma. En este sentido, sus figuras alargadas se podrían explicar como un recurso estilístico deliberado para expresar espiritualidad. El estiramiento les da a los personajes un aspecto de desmaterialización, sobrenaturalidad, elevación hacia lo divino. Estos rasgos estarían destinados a generar un mayor impacto espiritual en el espectador y a inspirar emoción y reflexión.
Una finalidad litúrgica y de perspectiva
Otra hipótesis plausible, y que no excluye a las anteriores, para explicar las figuras alargadas de El Greco hace referencia al destino de las pinturas. Muchas de las obras que le fueron enconmendadas fueron retablos para ser colocados en los templos de Toledo, es decir, pinturas concebidas para ser contempladas desde abajo o desde cierta distancia. El alargamiento vertical de las figuras favorece su lectura desde abajo y refuerza la idea de elevación y trascendencia celestial.
En la actualidad, los historiadores del arte coinciden en que las figuras estiradas de El Greco constituyen un rasgo deliberado de su estilo artístico y no un producto inconsciente producido por un defecto visual. Un rasgo que nace a partir de la experiencia adquirida por el artista como pintor de iconos bizantinos en su Creta natal y, en mayor medida, por su incursión en el arte renacentista veneciano y el manierismo, que reinterpretaría y adaptaría a su propio estilo e intereses. Un rasgo que se intensificó en Toledo bajo la influencia de la Contrarreforma y que contribuyó a la evolución de su estilo hacia uno más personal, original e inconfundible, que le haría pasar a la posteridad como uno de los artistas más importantes y singulares de la historia.
Referencias
Babbs V (2024). Art Bites: The real reason behind El Greco’s signature stretched perspective. Artnet [online] 24 de febrero. Disponible en: https://news.artnet.com/art-world/el-greco-eye-condition-2439250
Brown J (1982). El Greco and Toledo. El Greco of Toledo (catalogue). Little Brown. ASIN B-000H4-58C-Y.
Firestone C (2013). On the origin and status of the “El Greco fallacy”. Perception 42, 672-674. https://doi.org/10.1068/p7488
Kilroy-Ewbank L (2025). El Greco, The Burial of the Count of Orgaz. Smart History [online]. Disponible en: https://smarthistory.org/el-greco-burial-of-the-count-orgaz/
@museodelprado (2021, 6 de septiembre). ¿Por qué pintaba el Greco las figuras tan alargadas? [Vídeo]. Tik Tok. https://www.museodelprado.es/actualidad/multimedia/por-que-pintaba-el-greco-las-figuras-tan-alargadas/f4b21ada-bf1b-4926-b2d8-19d55a230aef
Museo del Prado (2025). El Greco. Museo del Prado [online]. Disponible en: https://www.museodelprado.es/coleccion/artista/el-greco/b031da57-6a7e-43f2-a855-293275efc340
Museo del Prado (2025). Recorrido del Greco. Museo del Prado [online]. Disponible en: https://www.museodelprado.es/recurso/recorrido-del-greco/80dc67d1-6e53-8cfa-30e7-7d215ebb9264?utm_source=chatgpt.com
Salas X, Marías F (1992). El Greco y el arte de su tiempo: las notas de El Greco a Vasari. Madrid: Real Fundación de Toledo.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva) X
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Facebook
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva) WhatsApp
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva) Telegram
- Haz clic para compartir en Bluesky (Se abre en una ventana nueva) Bluesky
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva) LinkedIn
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Correo electrónico