Los anfibios cuentan con dos vías para captar las vibraciones del medio y transformarlas en sonido:
Por un lado, a través de sus patas… Lo que sucede realmente es que cuando el suelo vibra, las vibraciones son transmitidas por las patas hasta la escápula de estos animales, pasando por el músculo y el hueso opercular, llegando hasta la membrana oval y la lagena, componentes del sistema de audición. Esta es una de las vías de audición (a).
La otra vía es la más conocida (b), donde las vibraciones son captadas por el tímpano y transmitidas a través de los componentes del oído medio e interno correspondientes.
Así que por mucho que queráis sorprender a una rana, no lo conseguiréis, detectarán las vibraciones de vuestros pasos ¡y huirán!